“Ha entrado
el otoño y una luz tamizada se posa ahora sobre las ramas de los
membrilleros, dobladas por el peso de la fruta madura. Los robles se
tornan del color del moscatel y los bosques huelen a musgo. El otoño
parece estar en la tierra pero también se percibe en el cielo, y si es
verdad que las cosas acontecen primero arriba y sólo después aquí abajo,
los dulces cielos otoñales abanderan de forma sutil el cambio de
estación”*
Los colores, la temperatura, los árboles y
la luz nos indican que algo está cambiando en la Naturaleza, externa e
internamente. Las antiguas tradiciones honraban el continuo devenir del
ciclo de la vida celebrando los sabbats o fiestas solares.